Historia Burgh
Burgh Cycling se fundó en 2016, en medio de un duro invierno en Tasmania.
Desde nuestros inicios, hemos tratado de revolucionar la cabina del ciclista: el manillar. Es la zona en la que pasas la mayor parte del tiempo mirando, no tu equipación de aspecto fresco o tus calcetines... Pero bueno, sabemos que hay una buena cantidad de miradas en vitrinas... ¿no?
En una época en la que las equipaciones de ciclismo se alejaban de los maillots salpicados de patrocinadores y los calcetines, y se pasaban a los estampados y las etiquetas de moda, la industria de las cintas de manillar no iba a ninguna parte. Burgh Cycling se dio cuenta de que había un hueco en el mercado de las cintas de manillar de diseño y se creó con la intención de ofrecer algo diferente, algo nuevo.
Diseños con poca o ninguna insignia, patrones sencillos y la opción de discretos o sutiles dejaron su huella en la comunidad ciclista. Desde los primeros días de unos pocos locales audaces en Melbourne y Australia del Sur probando nuestros productos, nuestro lanzamiento y diseños en expansión, hemos tenido la bendición de tener una gran cantidad de apoyo de nuestra comunidad.
Nos preocupamos por ustedes, nuestros fieles clientes. Sabemos que al ampliar un negocio a menudo se pierde gran parte del contacto directo con los clientes, pero nosotros no. Burgh es una pequeña empresa familiar que empezó en un armario y ahora se ha ampliado a un pequeño rincón de un garaje.
Sí, nuestro alcance ha aumentado, pero seguimos empaquetando a mano cada pedido y escribiendo un mensaje de agradecimiento personalizado para ustedes, nuestra fiel comunidad.
Nunca olvidaremos cómo nos han acogido en Burgh y les estaremos eternamente agradecidos por el cariño y la amabilidad que recibimos cada semana.